Conociendo la Bahia...

Negocios bajo el Puente...

Ropa...

Zapatos...

electrodomésticos...

Posted by Nancy Kuonquí - - 2 comentarios

Necesitaba comprar un poco de historias
reales y la necesidad de reconocerme en lo informal. Me acordé que la ciudad tiene un sector
comercial, donde se puede comprar de todo. La Bahía de Guayaquil es un lugar donde el comercio es
informal, a pesar de su “Regeneración Urbana”, es el mejor lugar para conseguir
todo lo que se busca.



Todas las mañanas sus calles se llenan de
historias, ilusiones y sobre todo de mercaderías que van de un lado a otro
caminando o huyendo de ser víctima de la justicia informal.




Hombres y mujeres llegan hasta
aquí para ofrecer desde ropa, hasta juguetes a módicos precios. Mientras caminaba escuchaba la melodía de las
ofertas que van de “1 dólar” hasta “3x5 dólar”. Siempre iba acompañada de
personas que me ofertaban sus productos, lleve su gorra, venga lleve unas
plantillas para sus zapatos, helados, pero yo sólo fui a proveerme de las historias
que se esconden detrás de los vendedores informales.



El día estaba nublado pero ahí
estaba, Laura Jaramillo ofreciendo gafas, para la temporada playera y tiras de
sostenes. Ella viene todos los días desde La Isla Trinitaria, donde vive con
sus cuatro hijos y su esposo que también es comerciante informal. Ese día estaba
con sus dos hijas trabajando, para que no se queden solas en casa.



La hora del almuerzo cayó y con ella el
hambre, Laura compró la comida, para compartir con sus hijas. Observar como
el amor maternal estaba presente en las
calles, frente a mis ojos, es un detalle
simple pero hermoso que lo recordaré siempre, porque esta expresión es lo más
formalmente bello que he podido apreciar.





Cuando las niñas están en clases,
ella sale a trabajar en la tarde, después que sus hijas hayan ingresado a la escuela vespertina, por la que son
acompañadas de su hermano de 12 años que ese día se tuvo que quedar en la casa
para cuidarla. Sus ventas terminan a las 7 de la noche para llegar a su casa a
ver sus hijas y hacerles la merienda, pero mientras dure las vacaciones ella
tendrá una preocupación menos al tener a sus hijas con ella.



La ternura familiar no espantaba
a los metropolitanos que merodeaban en cada esquina. Aquí tampoco se quedan
atrás los uniformados informales, que rastrean a cada vendedor informal para
confiscar sus mercancías. Estoy hablando nada más que la seguridad
metropolitana que llega a vigilar las calles. Se dispersan por todas las
esquinas, las veredas y se distribuyen “el cuidado”.





Al verlos a mí también me corría
un poco de miedo, porque con su mirada y su presencia me intimidaban veía como
me vigilaban mientras conversaba y
tomaba apunte con mis fuentes, sentía como ellos leían mi informalidad en ese
momento. Nosotras no éramos las únicas que sentían miedo, al igual que
nosotras, hay más de 200 personas que trabajan como vendedores ambulante y que
siempre están listos para correr.







Después de adquirir alegrías,
sueños, amor y miedo necesitaba tener valor y nada mejor que rondar por el
peligro, así que me situé frente al metropolitano con la mirada más dura y
prepotente y me dedique a entrevistar a Isabel Suarez, de 43 años, quién sin
titubear decidió colaborarme. Ella viene desde el Puente Peatonal de Barcelona
(34 y Medardo Ángel Silva. Ella tiene cuatro hijos a los que tiene que
llevarles el pan de cada día. Su hija mayor está estudiando medicina en la
Universidad de Guayaquil, mientras que el otro está haciendo el servicio
militar, pero como todas las madres a ella también le toca dejar a sus dos
hijos de 12 y 11 años, solos en casa, porque su esposo también sale a trabajar
como vendedor informal por los semáforos, ofreciendo bigotes de juguete,
mientras ella vende tiras de sostenes.



El día que Isabel y su esposo
tienen más ventas, tienen un ingreso máximo de $40, que son los fines de
semana, mientras que de lunes a viernes que no hay mucha venta, están ganando
entre $5 y $10 dólares., trabajando 12 horas y aún así esto no les alcanza para
mantenerse con muchas comodidades y peor para surtir sus productos de ventas.


Vendedora Informal from Nancy Kuonqui on Vimeo.


Reconocer que existen familias
que se mantienen gracias al comercio informal, no es difícil, esto se lo
consigue con la proximidad a la gente.



El atardecer me atrapó alado de Blanca Abigail
Yolanda Bustos León, alias “La Abuelita”, de 83 años vende cepillos dentales.
Ella lleva tres años vendiendo en La Bahía. Cuando le pregunté donde vivía, me
dijo que no se acordaba. Muchos vendedores afirman que ella siempre va y viene
sola, mientras ella me contaba, como su difunto esposo era celoso y no la
dejaba trabajar.





Ella me contó que trabaja para
comprar sus medicinas para la presión, que el dinero que le da su hijo no le
alcanza y aunque uno de sus nietos le envía dinero del extranjero ella
necesita, porque ella tiene que comer bien y ahorrar por si acaso alguna
enfermedad la ataque desprevenidamente. Está ahorrando para invertir en pinzas
para la ropa pues la otra compañera que las vendía más adelante ya no está
porque está enferma en el hospital, pues su salud es frágil por su avanzada
edad. Ella no es la única “Abuelita” que vende en las calles, pues como ella hay
muchas, pero Blanca es una de las pocas que no recorre todo el sector.



Mi día terminó con la bendición de
Blanca, que me despidió con mucha alegría y me pidió que regrese otro día que
no me pierda, tanto cariño, sólo por haberme sentado a compartir un poco de
tiempo con ella. Me regresé a mi casa con tres cepillos de dientes que me costaron
$1 dólar, pero ver sonreír a “La Abuelita” de verdad que no tiene precio…


2 Responses so far.

  1. Anónimo says:

    Interesante crónica

  2. Unknown says:

    Que buen blog del sector. Super interesante el contraste de hechos que hiciste. Nosotros también publicamos historias del otro rostro de guayaquil. Si puedes date una vuelta por nuestro blog proyecto #RelataReflejo y nuestras redes. Historias de nuestra realidad urbana.
    Relata Reflejo Oficial
    & Facebook

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Foto galeria de la La Bahia de Guayaquil